El filósofo Hugo Landolfi en el tercer capítulo de su libro De víctima a protagonista habla de la educación humana y de cómo debería ser la educación humana genuinamente entendida para enseñarnos a superar los problemas de nuestra vida. En este artículo trataremos acerca del dominio y la tiranía en educación, entendido éste como un modo de imponer a los alumnos aquello que alguien externo a sí mismo considera que es bueno para él.

Para introducirnos en esta reflexión nos servirá un poema del poeta oriental Yalal ad-Din Muhammad Rumi, más conocido simplemente como Rumi, que presentamos seguidamente.

«Inclusive después de todo este tiempo el sol nunca le dijo a la tierra «me perteneces». Y… mira entonces que sucede con un amor así… Ese amor ilumina, genera luz… tanto en el cielo como en la tierra». 

Es muy interesante lo que quiere decir aquí el poeta porque, aunque la vida en la Tierra casi depende por completo de la luz del sol, éste nunca le dijo a la Tierra por ese motivo: «Tú me perteneces». Y si miramos cuál es el resultado que ha generado esa manifestación de amor del Sol para con la Tierra, el poeta dice: “ese amor ilumina, genera luz… tanto en el cielo como en la tierra”.

Simbólicamente, esto nos puede decir mucho del ámbito educativo porque, tanto los profesores como los padres, se pueden concebir como si fueran el mencionado sol sin el cual el niño o el adolescente no podría vivir o no podría alcanzar sus metas, pues dependen casi por completo de ellos (tanto cuando son pequeños como cuando son adolescentes, hasta su emancipación). Muchos padres creen que por ese motivo los hijos les pertenecen y por lo tanto son materia de dominio, materia instrumental de sus intenciones y objeto de proyección de sus vocaciones frustradas, entre otras cosas.

La tiranía educativa

Todo esto puede llevarse con suma coherencia al ámbito educativo, específicamente al sistema educativo formal: tanto el profesor como el maestro no buscan cuáles son las potencialidades dormidas dentro de cada alumno para ayudarlo. No se ponen al servicio de éstos para ayudarles a hacer brotar esas potencialidades, sino que desde afuera, como si fueran también ellos dominadores les dicen: «tú me perteneces».

Porque de alguna manera el profesor del sistema formal dice: “Si no fuera por mí no sabrías nada y por eso me perteneces; y por eso tienes que aprender todo lo que yo digo; porque sólo yo sé qué es lo que te conviene aprender”.

Entonces ese dominio para nada virtuoso, tanto de padres a hijos como de profesores a alumnos, termina pasando por alto y pisoteando la esencia individual de cada uno de ellos; esencia que desde un principio está llamada a dar brotes y posibilidades completamente diferentes.

Educación basada en la Esencia Individual

En los sistemas educativos actuales, lo que cada uno trae consigo, las cualidades más propias y profundas, las virtudes más personales, son Einstein Educaciónusualmente dejadas de lado. El sistema educativo formal no las mira sino que impone desde afuera lo que padres y docentes consideran que es bueno para los alumnos. Y en ningún momento se preguntan cómo es que les hará bien ello, si no tienen en cuenta que sus proyecciones personales no tienen en cuenta al alumno o al hijo pues no emanan de ellos.

El problema de fondo que observamos aquí es que cuando media una relación de dominio lo que se ausenta es el amor, como ilustra el poeta, y que fructifica en luz para el Cielo y la Tierra. Y esto no puede ser de otra manera pues toda relación de dominio es violatoria de la libertad esencial de cada ser humano, del respeto que ha de tenerse por las potencialidades y vocaciones que tiene cada uno de nosotros  y que no deben ser ignoradas. Mucho menos hay amor allí donde otras vocaciones que no son propias de la persona son impuestas desde afuera.

El amor como fundamento de la educación

Y donde no hay una relación de amor se genera justamente odio o indiferencia, y no hay fructificación alguna. Ése es el producto del sistema educativo formal tal como lo conocemos hoy en día: seres humanos que son como zombis, máquinas, seres humanos que no saben pensar y que detestan a sus profesores y el aprender. Esto es sumamente entendible pues han vivido durante años sometidos a una educación obligatoria que no les interesaba en lo más mínimo.

Este tipo de relación también se da con respecto a los padres, cuando eventualmente los jóvenes pueden emanciparse de ellos, si es que pueden y no quedan presos psicológicamente de la manipulación dominadora de muchos de ellos. Es importante destacar que como todo modelo educativo, éste que nosotros presentamos también tiene sus excepciones: obviamente este tipo de relación paternal no se da en todos los casos así como tampoco con todos los docentes. Pero no podemos negar que es moneda corriente ver cómo muchos padres toman a sus hijos como materia de dominio, como un lugar para imponer y proyectar todo lo que hubieran querido hacer ellos.

Son sospechosas esas familias donde el padre es médico, el hijo es médico, el nieto es médico. 

Consideramos que es muy probable que en esos casos se hayan violado las libertades individuales y las vocaciones relacionadas con la esencia especialísima de cada persona y se les ha impuesto desde afuera un molde. Molde en el que seguramente muchos chicos quedan atrapados por el sólo hecho de formarse desde tan pequeños en tal estructura de domino que crean una estructura de domino psicológica que los acompañará a lo largo de toda su vida y de la cual les será muy difícil salir.

La educación como una actividad puesta al servicio del desarrollo del prójimo

Ahora bien, si consideramos que es educador todo aquel que se pone al servicio de otra persona para su desarrollo, podemos concluir que todos somos educadores activos. Es decir que siempre, ya sea como profesor, padre, amigo o hermano, entablaremos relaciones personales con otros que serán relaciones educativas. Y desde esta perspectiva consideramos que es de suma importancia el poder reflexionar con profundidad sobre la siguiente pregunta: ¿Considero a aquel a quien educo como alguien que me pertenece y que por lo tanto puedo dominar para imponerle aquello que yo considero que es bueno para él? ¿O lo concibo como un ser que no me pertenece, con el cual tengo una relación de servicio y de amor por su desarrollo; y entonces ya no impongo sino que busco descubrir qué puede ser el otro independientemente de lo que yo quiera y lo ayudo a que eso surja, que de luz, que florezca?

Este artículo tiene simplemente la intención de hacer un llamado a la reflexión sobre el modo de concebir al otro dentro de nuestras prácticas educativas ya sean éstas formales como informales o pertenezcan al ámbito escolar como al familiar.

Deja tu comentario o consulta aquí debajo, comentando qué piensas sobre la educación. Recuerda que estamos aquí para aprender entre todos y tu experiencia puede ser invalorable para otros.

Mi nombre es Hugo Landolfi soy filósofo. Otros campos de mi investigación son la pedagogía y la psicología, integradas ambas a la filosofía. Es decir, soy una persona que busca, en el trabajo y en la vida, crear un contexto de calidad a la educación y la psicología para mejorar el bienestar de los individuos y las comunidades. En mi caso, quisiera inculcar y capacitar a compartir sabiduría y arte en el mundo académico, profesional y personal.

En una época de incertidumbre, mi objetivo es ayudar a las personas a ganar claridad en su forma de pensar, hablar y actuar. Me especializo en enseñar el poder de la vida consciente. Al conectar profundamente con otros en la vida y el trabajo, podemos crecer y aprender juntos. También estoy disponible como consultor para ayudar a equipos y a las empresas a tener claro su propósito y sus valores, y a establecer objetivos claros y pasos de acción para alcanzarlos.

Mis libros pueden ser conocidos aquí: https://hugolandolfi.com/libros.html

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  1. De nueva cuenta Profesor Hugo, gracias por considerarme en sus valiosas reflexiones, soy docente de primaria…y cuanta razón tiene, en esta hermosa pero difícil misión.
    Saludos y un abrazo.
    Con afecto: Ma. de los Angeles

    1. Ufff! Eres docente de primaria María de los Angeles, que bella profesión y qué desafío! Te mando un gran abrazo y me pone muy contento que te sean de ayuda estas lecciones. Hasta pronto y no dejes de hacernos llegar tus valiosas reflexiones.

  2. ESTIMADO LANDOLFI:
    SOY EDUCADORA Y ME PARECE PERFECTO LO QUE UD. PROPONE, LAMENTABLEMENTE ACTUALMENTE ES AL REVES, LOS PADRES ESTAN DOMINADOS POR SUS HIJOS Y PRETENDEN VIVIR «LIBREMENTE» LO QUE LES TRAE APAREJADOS MUCHOS PROBLEMAS SALUDOS

    1. Gracias Ester por tus amables palabras. Es completamente cierto lo que dices, dado que hoy vivimos en el mundo del revés, y así nos va! El dominio no debe darse en ninguno de los dos sentidos, ni de padres a hijos ni de hijos a padres, lo cual NO significa que los padres no deban tener autoridad sobre sus hijos y que los hijos deban obedecer a sus padres. Te mando un abrazo y te agradezco el comentario.

    1. Esto en todo de acuerdo contigo Eduardo. La educación debe ayuadar a despertar y a desarrollar las capacidades personales vinculadas a la vocación personal. Gracias por tu comentario y hasta pronto.

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