Prof. Lic. Hugo Landolfi
Fundador y Director
La Escuela de Filosofía Aplicada para la Excelencia del Ser Humano fue fundada y es dirigida por el Prof. Lic. Hugo Landolfi quien es un renombrado filósofo mundialmente reconocido. La dirección académica se encuentra en manos de la Lic. Julieta Landolfi, hija de Hugo y coautora de diversos contenidos educativos de nuestros contenidos.
Los cursos que dicta la escuela han ayudado a una gran variedad de personas y empresas alrededor del mundo a lograr la excelencia en sus propias vidas y a desarrollar en la misma todo el potencial y las capacidad intrínsecas y propias del ser humano
Considerando al ser humano como un ser con una potencialidad de grandeza y perfección, los cursos que dicta nuestra escuela no solamente le indicarán el camino para lograr tal grandeza sino que lo acompañarán durante todo el camino.
Currículum del Profesor y Licenciado Hugo Landolfi
Currículum de la Licenciada Julieta Landolfi
La Licenciada en Psicología Julieta Landolfi es hija del filósofo Hugo Landolfi.
Es secretaria académica de la Escuela de Filosofía Aplicada para la Excelencia del Ser Humano.
Es autora y coautora de muchos de los contenidos educativos y formativos que ofrece nuestra escuela.
Julieta es también una de las instructoras y tutoras principales.
Lic. Julieta Landolfi
Directora Académica
Nuestra Visión
La visión que ha inspirado la fundación de nuestra escuela y el desarrollo de los cursos que en ella se imparten tiene su piedra angular en un objetivo que es el último y el más importante de nuestro sistema pedagógico: constituirnos como agentes de enseñanza, maestría, coaching y liderazgo para despertar y poner en práctica la grandeza dormida dentro de los seres humanos que se acerquen a nosotros con ansias de excelencia y perfeccionamiento.
Nuestra visión consiste en ayudar a las personas a despertar sus potenciales dormidos y latentes.
Esta visión radica en un entendimiento sustancial: es el ser humano una criatura que llega al mundo cargando un destino de amplitud y grandeza, con una capacidad intrínseca para alcanzar metas y logros significativos, pero con todas las potencialidades y capacidades necesarias para recorrer el camino y alcanzar tales resultados dormidas.
La palabra “dormidas” —la cual aquí se utiliza de manera metafórica— desea significar el hecho de que para el ser humano el hecho de traer al mundo toda esa grandeza que radica dentro de él requiere inexorablemente de un entrenamiento constituido por prácticas y hábitos determinados y específicos. Estas prácticas y hábitos sólo son posibles —fundamentalmente durante los primeros trancos del camino— a través de una enorme convicción y dedicación, a la vez que de una relación de enseñanza, maestría y liderazgo externos.
El hecho de ayudar a las personas a “despertar” y poner “en juego” la grandeza que duerme dentro del propio ser redundará —lo cual, al mismo tiempo, forma parte de nuestra visión— en la conformación de ámbitos más perfectos y plenos, donde actúen las mencionadas personas. Entre estos ámbitos podemos incluir, a modo de simple ejemplo, la atmósfera familiar, el espacio empresarial y laboral, el contexto social y cultural de la ciudad y población donde las personas residan, las relaciones de amor y amistad, los vínculos de parentesco, etc., esferas de relaciones todas que irán evolucionando hacia un grado de desarrollo y plenitud mucho más elevado.