Escribo estas líneas en calidad de infinito agradecimiento al Prof. Hugo Landolfi y su Curso de Maestría y Liderazgo personal (…) Desde las primeras páginas comprendí que tenía entre mis manos una herramienta poderosa, una suerte de varita mágica con la que me era factible cambiar positivamente el mundo en que vivía hasta entonces, y lograr todo aquello que me resultaba, aunque me avergüence decirlo, ajeno a mis posibilidades (…) Mis paradigmas, mi óptica, mi modo de desenvolverme han cambiado rotundamente, dejando atrás todas las debilidades e ignorancias con que transcurría jornada tras jornada, sin progreso, sin cambio, detenido y estático (…) Como diría Hugo Landolfi, ahora he abandonado el mundo de la sombra para penetrar en un universo de luz.

El curso me sorprendió mucho, pues estaba acostumbrada al tipo de postgrados y charlas comunes de mi país relacionadas con el Coaching y el Liderazgo; el curso de maestría, podría decirse, da una vuelta de tuerca a los conceptos tradicionales de producción, tanto económica como espiritual, volviendo incompleto, inadecuado y hasta erróneo todo lo que había estudiado y en lo cual creía desde mi egreso de la facultad (…) Mi vida, mis proyectos, mi lucidez y espacio espiritual han tomado un gusto enteramente diferente. Me atrevo a decir que he hallado la verdadera esencia de la felicidad.

Unas palabras al autor del curso: su obra me ha dado alas, me ha mostrado la excelencia que portamos todos nosotros, los infinitos recursos naturales que poseemos sin excavar (…) He puesto en uso todas las prácticas integrales que enseña el curso y hoy puedo asegurar que el resultado se parece mucho a haber nacido de nuevo (…) ¿Cómo nadie me ha enseñado tales cosas antes? ¿Cómo he transcurrido tantos años educándome sin haber oído a una sola persona manifestar una pequeña parte de los conocimientos que aporta el curso?

Una niñez poco agradable, problemas familiares tanto de índole económica como sentimental, y un imperdonable vicio por culpar al "universo" de todo lo que me ocurría, me ha mantenido largos años inmersa en un mundillo desgraciado, nefasto y … merecido. Hoy no tengo palabras para expresar el cambio profundo que ha tenido el curso en mi (primeramente) modo de ver la realidad, y (seguidamente) en cada cosa que emprendo, de la que participo o puedo transformar con mi nueva luz. (…) Una vez que se ha asumido la responsabilidad que propone el curso, todo lo demás sigue con absoluta certeza, y algo muy parecido a la magia comienza a ocurrir: ¡todo se desliza como por sobre ruedas! 

Pienso que este es un país que necesita mucho de su curso de maestría. Aquí la educación tiene eso de "te preparamos para que seas el empleado del mes", o "ser inteligente es igual que ganar dinero", o "más vale seguir que detenerse a pensar". El Curso de maestría y liderazgo personal echa por tierra todas las falacias, ignorancias y mediocridades a las que estamos acostumbrados. Es al mismo tiempo guía de Liderazgo, filosofía aplicada a la vida y sus diferentes emprendimientos, y maestría espiritual. Evidentemente el Prof. Landolfi no deja tema por tocar, y todo lo enseñado arma un rompecabezas completo y perfecto al que no le falta ninguna pieza (…) Considero que nadie puede terminar el curso y no producir cambios en sus vidas; cada página ha sido para mí como un baldazo de agua fría en la cabeza.

El curso que dicta vuestra escuela ha tenido un cambio tan profundo como basto sobre mí, pues gracias a él me he desarrollado en los diversos campos que presenta la grandeza humana y, debo decirlo, en materias de conocimiento de las que sólo había oído hablar, y, también cabe destacar, de manera equivocada (…) El curso no guarda defectos, se trata de una obra perfectamente orquestada, cuyo planeamiento conduce al lector de la mano a través de un mundo fabuloso, que no es otro que éste en el que vivimos sin saberlo. He leído y releído ciertos párrafos que acuño en mí con especial afecto; ni una sola palabra sobra en este curso, cada página es un canto a la vida, un llamado a tomar las riendas, un manto de auténtica plenitud.